Por:
Karen Oviedo
Claudia Torres
Héctor Aguirre
Aty Martínez
Alexandra Londoño
Daniela Villarreal
Agradecimientos:
Casa de la Juventud de Fontibón
Anclaje Films
Escuela de Medios sin comillas 2018
Siempre se nos ha dicho que el curso de la vida se reduce a cuatro etapas biológicas determinadas, pero una versión más realista, sería más o menos así: naces, creces, te preguntas ¿Qué carajos es la vida? y mueres.
En este lapso de tiempo que llamamos vida; mientras despertamos, nos ponemos el uniforme y caminamos al colegio, en nuestros pensamientos, intentamos ubicarnos en las coordenadas que den sentido a nuestras vidas. ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿A dónde voy? Soy joven, estoy en bachillerato, voy a terminar once, y… ¿ahora qué?
Si lo piensas, durante casi doce años de tu vida has cumplido con el horario, normas y actividades que debías seguir para considerarte un miembro activo de la comunidad educativa a la que perteneces. No considero que sea tanto tiempo, pues puede que sea el tiempo apenas necesario para darte cuenta qué rol tienes que jugar en todo esto… La cuestión es que gran parte de las esperanzas para tu futuro están en el sistema educativo, el cual está a tu disposición como la herramienta por excelencia para salir adelante.
Como tú, somos muchos los jóvenes que nos encontramos próximos a salir del colegio, y que nos vemos abatidos por la incertidumbre sobre nuestro futuro cuando nos enfrentamos con el hecho de que al graduarnos deberemos tomar ciertas decisiones que podrán incidir sobre nuestro futuro.
Y es que en Colombia se gradúan al año aproximadamente setecientos mil estudiantes, de los cuales tan sólo cerca del 40% ingresan inmediatamente a la educación superior. El otro 60% tendrán que posponer, no digamos descartar, sus expectativas y las de su familia de continuar en la ruta educativa. Eso sin contar, con que, 71 niños de cada 100 inscritos desde primero de primaria en el sistema educativo en Colombia no terminan el bachillerato… se gradúan menos de 30 adolescentes por cada 100 personas que entraron a estudiar.
Por ejemplo, en la localidad de Fontibón, actualmente hay en grado once unos 1.400 alumnos. ¿Cuántas expectativas y sueños para la mayoría de nosotros y nuestras familias no podrán cumplirse por falta de oportunidades? ¡Saca cuentas!
Si según el Plan Distrital de Desarrollo 2016-2020, Bogotá mejor para todos, en 2014 el porcentaje de estudiantes que ingresó a la educación superior en Bogotá fue de 48,5%. Suponiendo que esta cifra se mantenga ¿qué pasará con el otro 51,5% de esos 1.400 estudiantes que están en once en Fontibón?
Continuar estudiando es una elección, pero ¿qué oportunidades tenemos para hacerlo? Es más, a veces, es difícil mantener la ilusión de continuar por la ruta educativa cuando pocas veces en la vida has sentido un entusiasmo genuino por aprender y por seguir cultivándote”, más cuando en tantas ocasiones ves que no es un camino que valga la pena continuar. Además, para muchos implica, aparte de tomar la decisión de qué estudiar y en dónde, pensar en si se adquiere un crédito para hacerlo.
Por otra parte, puedes elegir ingresar al mercado laboral, sin embargo, esta ruta puede implicar enfrentar la informalidad, los bajos salarios y competir con otros jóvenes sin ninguna formación especializada, en un mercado laboral donde la tasa de desempleo juvenil (14 a 28 años), según el DANE, en el primer trimestre de 2019 fue de 19,5% (hombres 14,8% y mujeres 25,7%).
Frente a esta estrecha panorámica, en la que mis opciones después de salir del colegio parecen reducirse a dos: estudiar o trabajar, intento ordenar mis pensamientos acerca de las posibles vocaciones que podría desarrollar en un futuro, e identificar cuál entre tantas sería posiblemente la mejor elección.
Cuando pienso en mi proyecto de vida, es inevitable imaginar que un conjunto de acciones secuenciales pudieran llevar a feliz término la elección que realice para mi futuro.
Hacer un cronograma y plantearme metas para alcanzar a lo largo de mi vida podría ser la ruta más lógica. Pero siendo realistas, existen muchas variables que se escapan de mi control, y en este punto de mi vida es difícil afirmar que cualquier decisión que pueda tomar sobre mi futuro será definitiva.
Puede que mis planes y objetivos no los logre seguir al pie de la letra, e inclusive que mis sueños e ilusiones cambien, o no lleguen a realizarse. Sin embargo, plantearlos es el motor que puede impulsarme y ayudarme a no olvidar las esperanzas que enmarcan esta etapa de mi vida.
Por eso, esta debe ser una elección a conciencia, pues orientará mi rumbo de vida. Y considerando que buena parte de nuestros días será invertido en el trabajo que elijamos, espero que esta labor pueda brindarme más felicidades que sinsabores. Hacia ello debe estar encaminada mi decisión.
Cuando pienso en qué es lo quiero hacer a futuro, se me ocurren muchas rutas, pero en general pueden dividirse en tres aspectos: hacer algo que me guste, hacer algo que me dé dinero, o hacer algo que pueda impactar positivamente en la vida de otros. A veces pareciera imposible hacer que esas tres vías converjan en una sola. Pero por más utópico que parezca, quiero creer que la ruta que escoja debería poder satisfacer esos tres fines.
Cuando pienso en todos mis gustos e intereses me doy cuenta que aunque puedo encontrar cierta regularidad en ellos muchos pueden estar influidos por cosas momentáneas. Es como cuando escuchas que alguien dice, a mí no me gustan las matemáticas, le preguntas por qué, y te responde “porque no soy bueno en ellas”. Y cuando le preguntas un poco más, descubres que algo acerca de cómo era su profesor, sus clases, etc., terminaron por influir en que esa persona no sintiera agrado por las matemáticas y dejara de intentarlo.
Así que lo que quisiera es alimentar, descubrir y desarrollar muchos intereses y habilidades.
¿Sabes? Desde niño muchas veces escuchas que la gente comenta, sobre ti, sobre sí mismos o sobre otros, que no son los suficientemente buenos para algo, y de algún modo tu comienzas a creer que es así, que tú, o ese tal fulanito, no puede hacer esas cosas. Pero cuando somos niños, la verdad es que no hay nada que creamos imposible, de hecho sientes en ti la capacidad de hacer hasta lo impensable. Es como una llama que está encendida en ti, ¿por qué creer que no es así hasta no intentarlo?
Creo que a veces la gente te dice que no podrás hacer ciertas cosas, porque temen que si fracasas, te desilusiones en el intento. Pero no creo que eso importe, si fracasas, no serás mejor o peor persona, sólo serás alguien que necesitará mejorar y esforzarse más en eso, o simplemente alguien con nuevas experiencias y más aprendizajes. Te darás cuenta la satisfacción que se siente al hacer algo dando lo mejor de ti.
Claro, también hay personas que te animan a seguir adelante. En tu caso puede que sea algún familiar, tus padres, algún amigo, alguien que te conoce de hace tiempo y sabe de lo que eres capaz, que reconoce tus cualidades, tus esfuerzos, y tus retos… aunque a veces tu mismo tengas dudas al respecto. Alguien que puede haber visto en ti algo que tu no, y puede ayudarte a ver eso que habías pasado por alto. A veces sólo hace falta preguntar. Pero también puede ser alguien a quien has visto luchar por sus sueños, esforzarse, e intentar una y otra vez, por sobre las circunstancias, ¡con pasión!. Gente de admirar, alguien a quien tomar de inspiración.
Cuando pienso en qué podría darme dinero, lo cual a veces pareciera ser la preocupación principal de los papás -aunque no siempre ese es el caso- pienso que alguna ciencia de la salud o del cuidado, o tal vez alguna ingeniería, o un punto intermedio entre ambas, como la ingeniería biomédica, podría ser una buena alternativa.
Por otra parte, parece ser que a futuro las carreras con mejor salida laboral, además de las carreras tecnológicas, serán las relacionadas con atención al cliente e inteligencia social, como ventas y marketing, o todo lo relacionado con negocios.
Pero la verdad es que las opciones son muchas, y varían tanto, como varían las personas. Si me pregunto, ¿qué necesita el país? O ¿qué necesitará el país en unos años?, y no sólo sus industriales o empresarios, pues es claro que además de las necesidades materiales de la gente, hay otras necesidades que influyen mucho en el potencial para el desarrollo de todos. Pienso, por ejemplo, en las grandes necesidades en educación y transformación que como sociedad tenemos pendientes.
¿Por qué el asunto tiene que ser productivo y ya?
Te enfrentas a un dilema entre seguridad y libertad, pero ten presente que hoy en día la incertidumbre permanece aun cuando hagas una apuesta por la seguridad.
Hoy, más que nunca, la pregunta es ¿Qué te gustaría hacer con tu vida? ¿Qué deberíamos estar haciendo como seres humanos individuales? Y ¿Qué deberíamos estar haciendo como comunidad? Creo que la respuesta debe encontrarla cada quien, y al tomar consciencia de ello, creo que es importante que, sea lo que sea que elijas hacer, intentes ser coherente con eso que para ti es importante hacer en tu vida, y con aquello que consideras que necesitamos en este momento.
La verdad, es que a veces lo importante para ti, no es lo que todo el mundo te dice que es importante. Tener un lugar digno donde vivir, estabilidad económica y las necesidades básicas satisfechas, son cosas importantes, pues pueden ayudarme a tener una mejor calidad de vida, pero no lo son todo.
La lista de chequeo –checklist– de mi vida abarca muchas cosas más: tener tranquilidad, ¡sí! Llenarme de experiencias enriquecedoras, ¡también! Trabajar, ¡claro!, el camino nunca es fácil, seguramente habrá fracasos, más de los que me gustaría. Tendré que esforzarme y sacrificar muchas cosas, pero por eso quiero elegir algo que me guste, en lo que me sienta bien, porque si voy a tener que superar muchas dificultades, espero que sea en algo que disfrute.
Sé que en tu cabeza, rondan muchos intereses, sé que hay pasión, así como sueños y algunas metas claras. Imagino que como yo, diariamente compartes y aprendes con tu familia y amigos, en el colegio y en tus ratos libres, y mientras tanto, a partir de lo que haces vas construyendo un boceto sobre qué te gustaría hacer a futuro, en el que intentas colocar todas esas cosas que quieres que hagan parte de tu vida. ¡Genial!
Desde mi punto de vista, la sociedad falla si los jóvenes crecemos sin sueños o sin objetivos para nuestra vida. Pues la mayor satisfacción personal, se deriva de perseguir y no renunciar a los propios sueños. Por eso es muy importante que dediques un buen tiempo a imaginarte cómo quieres pintar ese boceto de tu vida, y que cuanto antes empieces a aprender y practicar todas las pequeñas y grandes cosas que te permitirán lograr eso que te has propuesto, y que llenan de color tu plan de vida. Además esto, es para toda tu vida, y eso sí es un plan…
Pero antes que nada es importante que tomes consciencia de que cualquier cosa que decidas hacer es una elección, tu elección. Y que está en ti, no perder de vista esos sueños e ideales, así debas posponerlos mientras encuentras mejores oportunidades. Por ahora, puedes salir al mundo y procurar desarrollar tus capacidades para que cuando seas tú quien cree el momento adecuado, estés preparado.
No se trata de ser optimista, se trata de ser perseverante y resiliente. Dentro de cada quien habita un enorme potencial, pero para que ese potencial logre ser “algo”, tiene que ser empujado, y no hay nadie mejor que uno mismo para empujarlo, no las circunstancias, no otra persona. No se trata tampoco de ser “alguien en la vida” porque tú… ¡ya eres alguien!, pero tienes la oportunidad de llenar de colores tu mundo, es decir, de desarrollar en ti las cosas que quieres de acuerdo a cómo quieres vivir tu vida y qué realidad quieres crear para ti, junto a las personas que te rodean.
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