Por:
La 98.7
Corporación Cultural Gato Parlante
Agradecimientos:
El Diablo
Oso
La Santa
TEF
Tatatio
Escuela de Medios sin comillas 2018
Teniendo en cuenta la importancia tanto de las expresiones artísticas como culturales en la localidad de Fontibón, buscamos a algunos artistas y agrupaciones que a través de sus iniciativas contribuyeran a la construcción de paz, seguridad y un impacto positivo especialmente para los y las jóvenes.
Nos dirigimos a diferentes escenarios y espacios culturales preguntando e investigando por los artistas, tarea que llamamos SE BUSCA. Como resultado encontramos 5 artistas y agrupaciones que desde la calle al escenario buscan cambios positivos para la juventud.
En esta búsqueda encontramos seres humanos que ya sea con obras de teatro o danza —como lo son el Teatro Experimental de Fontibón o la Agrupación Danzante y Tatatio—, a través del arte de plasmar vida en muros —como los graffitis de la Santa—, o por medio de las melodías que acompañan la música urbana del Diablo o el Oso, están trabajando con y para la juventud que busca un lugar en este mundo.
Estos agentes de cambio han logrado demostrar con hechos que no todo lo que empieza en la calle es negativo, de que no siempre quienes carecen de los mejores recursos deben renunciar a sus sueños, que desde diferentes escenarios de concreto se pueden obtener grandes vitrinas, que quienes han sido golpeados por la sociedad no siempre deben devolver el golpe; son estos personajes, de nombres llamativos, por cierto, quienes demuestran que pueden ser héroes para muchos, aunque la sociedad los tilde de villanos en ocasiones por apropiarse del espacio público.
Con sus presentaciones y actividades pueden dar fe y enseñar a sus sucesores que la calle es un gran escenario para soñar, que los obstáculos son mentales y que cada experiencia en esta selva de concreto puede ser el comienzo de una gran puesta en escena.
Formulamos una serie de preguntas a los artistas y agrupaciones enfocadas a conocerles un poco más, conocer su percepción sobre la localidad y su trabajo en la comunidad, especialmente con la juventud. Así mismo, visibilizar las acciones que realizan y contribuyen en la construcción de paz y generan un impacto positivo en la sociedad.
Eran las temáticas del ghetto, del barrio, con las que se sentía cómodo y adquiría nuevos puntos de vista, razones que lo llevaron a transformar su pensamiento y a aportar cambios significativos a su comunidad, especialmente a los jóvenes con falta de oportunidades.
Gracias a esto, desde hace 8 años, inicia su etapa como líder social. Basado en su filosofía joven educa a joven ha pretendido que por medio del rap, el breakdance, el graffiti y demás artes de la cultura hip hop, las personas adultas tomen conciencia y cambien su perspectiva hacia la juventud. Su objetivo es dejar a un lado la discriminación, entendiendo que la persona joven necesita ser guiada para lograr convertirse en una herramienta de cambio y no ser percibido como un problema.
Por ende, a través de eventos culturales, El Diablo ha encontrado la forma en que no solo sean los jóvenes quienes se acerquen a buscar entornos que mejoren la convivencia, sino que también sean sus familiares y demás residentes del barrio quienes conozcan los objetivos por los cuales se abren dichos espacios, ya que educando e integrando a toda clase de público, se fomentan acciones positivas en pro de la paz, siendo agentes de cambio.
Bajo una filosofía de trabajo en equipo se abrieron las puertas a más jóvenes de diferentes lugares, expandiendo así los horizontes, recibiendo nuevas ideas, permitiendo el crecimiento en los procesos creativos y generando así nuevas amistades para su historia, como lo terminaron siendo el músico y compositor Hernán Cortés y actores como Johan López, Fabián Castellanos o Gloria Gil, entre otras.
Para los fundadores del TEF el teatro no es solo el montaje, es lo creativo, la tras escena y el trabajo en cada elemento; es por esto que la rigurosidad y la exigencia van de la mano en cada proceso, desde que se ensambla el equipo, pasando por los ensayos, hasta que se genera la escenografía y los vestuarios. Todo es un complemento, cada artista es igual de importante para las obras, razón por la cual, para sobrevivir en el medio callejero, se deben generar acciones de calidad que gusten y permitan generar ingresos.
Debido a que el TEF pretendía buscar espacios donde ensayar y no contaba con el apoyo de las juntas de acción comunal para el préstamo de los salones comunales, desde el 2001 decidieron convertir —a base de trabajo en construccion y carpinteria— la casa familiar que pertenecía al padre de los hermanos Ramírez. De a poco, ésta casa ubicada en el barrio San José, cerca al aeropuerto El Dorado, se convirtió en la sala Augusto Boal, en homenaje al dramaturgo y director de teatro brasileño, quien fue influencia importante para la realización de teatro del oprimido en Bogotá.
Son más de 40 años en que el Teatro Experimental de Fontibón ha permitido a los habitantes de la localidad novena de Bogotá tener oportunidades de crecimiento y desarrollo social, pues han facilitado que quienes no tienen alternativas logren, a través del teatro y las comparsas, transformar su comunidad, activando la participación ciudadana, logrando que las problemáticas que afectan a la población juvenil tengan soluciones.
A través del vestuario colorido, los malabares y hasta el uso de zancos se ha cambiado la perspectiva de aquellos que se sienten obligados a ir en contra de sus principios por las dificultades económicas.
Fue la unión de dos grupos lo que permitió que hoy en día exista esta agrupación, una interesante mezcla entre ideas, convivencia, talento y sobre todo arte; el nombre para dicha receta tenía que ser creativo y qué mejor que usar el lenguaje para ello.
Del verbo danzar nació la Fundación Danzante, en honor al negocio familiar de la coordinadora y vestuarista Andrea López, pues—según relata— era un nombre sin tanta arandela pero relacionado con las danzas, los vestuarios y el descubrir del cuerpo. A su vez, el otro ingrediente fue una onomatopeya sin sentido la que le dio vida a Colectivo Tatatio. Según el actor y fundador del grupo, José Andrés Olagun, Tatatio surgió como una palabra sin significado alguno que terminó siendo una forma de comunicación entre los actores.
Fueron diferentes los caminos tomados para llegar a ser parte de esta agrupación, algunos integrantes pasaron por varias facetas antes de encontrar su lugar en las artes escénicas. A última hora lograron consolidarse con su talento y sacrificio, y comenzaron su proceso artístico en academias como el Teatro Libre o inclinándose inicialmente por el diseño gráfico.
Por su parte, otros artistas de forma innata ya traían el arte en las venas, pues provenían de familias donde el arte siempre ha estado presente; la danza, la pintura, la poesía, el teatro y hasta el canto han sido parte de su formación desde la niñez, como es el caso del director David Farieta: desde que era niño participaba en bailes, declamaba poesías, llegué a ser el director de teatro en el colegio.
Agrupación Danzante y Tatatio hace presencia desde el barrio la Laguna, en la Casa de Juventud Huitaca de la localidad de Fontibón; es ahí donde, a partir de las diferentes propuestas escénicas, pretenden empoderar a los jóvenes, brindándoles herramientas para que cuestionen el mundo en el que viven con los mejores argumentos, de una forma crítica pero respetuosa pues, como lo manifiesta su director, no se deben formar artistas, se deben formar seres humanos que permitan construir un legado dentro de la sociedad.
Desde el reconocimiento del cuerpo se busca entender el rol que ocupa cada persona dentro de su entorno, invitando a tomar conciencia sobre los efectos negativos del culpar y odiar al otro. Es de esta forma que los profes de esta agrupación educan sobre la importancia de asumir los errores, pues es el mejor camino para lograr cambios, abrir los ojos y crecer.
Como lo dice la actriz Gina Prieto, el arte no es solo un hobbie, es un oficio. Desde lo artístico Danzante y Tatatío han permitido que se dé espacio a la reflexión con diferentes puntos de vista, mostrando a la comunidad que los cambios a futuro evitarán repetir la historia que por años ha hecho presencia en la localidad; sólo asumiendo el baile de la vida con seriedad se obtendrán grandes resultados.
A 3600 metros más cerca de las estrellas y a cada paso los lienzos de concreto en Fontibón muestran los trazos de Estefany Mora, mejor conocida como La Santa o Lady Cristal, quien como artista y Mc, desde el graffiti y el hip hop, reconstruye realidades de aquellos espacios locales que el tiempo ha olvidado.
Su faceta como Lady Cristal representa un proceso de reconocimiento personal como mujer transparente y frágil antes que como hip hopper, en contraste a La Santa, quien surge como un pseudónimo entre su familia y amigos. Aquellas facetas, que surgen de procesos distintos, le permiten abordar el arte como un lenguaje en diálogo que transforma la cotidianidad de cada persona desde su parte espiritual.
Como consecuencia de su temprano acercamiento a los diversos parches de break dancers y artistas urbanos (alrededor de los años 1998 y 2000), junto a su incursión en el mundo de graffiti y los versos, Estefany Mora logró establecer, con otros artistas en el año 2015, un espacio en el barrio La Cabaña llamado La Casa Turquesa.
Aprovechando su experiencia como tallerista al igual que su capacidad para facilitar la gestión y labor de colectivos, trabaja por este lugar que simboliza para muchos habitantes un eje artístico de la cultura hip hop. Allí Mc´s y hip hoppers de toda Bogotá encuentran un bastión de expresión cultural donde su vocación y destreza brinda nuevos aires, colores y sonidos (Botón de soundcite) a Fontibón, a través de sus diversos eventos que, a viva voz, construyen a Fontibon como localidad de Paz.
Fontibón, hogar y refugio de concreto. Ha criado en el cautiverio de la Laguna y sus calles a Sergio Prieto Rojas, mejor conocido como el Oso. Él es “un guardián de las líricas y los beats”, “Audio de Beats oso soundcite” que expresa en cada paso al mundo su melodía y rimas, a partir de cada una de las experiencias que la calle le ha brindado.
A sus 15 años, el primer contacto con el Rap y el Hip Hop, llega a su vida como una apuesta de rebeldía ante aquellos contenidos cotidianos que no resultaban de su agrado en la televisión. Uno de los vecinos de la Familia Pineda, Gigi, lo introdujo al camino de las rimas, alimentando su curiosidad con unos antiguos Diskettes y un Mp3, mientras jugaba tres huecos en la cuadra de la casa de su abuelo, lugar en donde transcurrirá gran parte parte de su infancia y surgiría su arte al ritmo de Gotas de Rap y Tres Coronas.
En cada una de sus letras —símbolo Underground de un estilo vieja escuela— refleja en cada beat el eco de una localidad aguerrida, la voz de aquellos viejos bastiones que en otra época fueron símbolo de drogadicción e inseguridad, que habrían apagado la vida de algunas personas cercanas a él, y que hoy son emblema de una población, a partir del amor que cada uno de sus miembros proyecta. Eso que les permite ser reales.
En el marco de la Semana de la Juventud en la vereda La Pedregosa, en Cajibío, Cauca, niños y jóvenes de entre 7 y 35 años se animaron a reconocer a algunos líderes de su territorio que han despertado su interés por las artes.
Hoy, a casi un año del traslado del ETCR Mariana Páez al municipio de Acacías, Meta, son alrededor de 250 personas las que le apuestan a la construcción de paz. Solidaridad y resiliencia son las palabras con las que la comunidad define su unión.
A través de una serie de talleres, este grupo de jóvenes se propusieron construir desde cero las estrategias de comunicación de cada una de sus iniciativas y colectivas poniendo en el centro la defensa de los derechos humanos en sus territorios.